Casi siempre al hablar de cerveza irlandesa sale el nombre Guinness, pues bien, yo hoy os voy a hablar de la «protestante» BEAMISH, que en ocasiones en mi opinión es más acertada que una Guinness , debido entre otras cosas a su menor pesadez…vamos que es algo más suave.
Su fundación data del 1792, por parte de dos cerveceros que añoraban el viejo sabor y espíritu de las “irish beer”. De esta manera, se decidieron a comprar y restaurar una vieja planta cervecera. Se dice que fue la primera fábrica en funcionar en toda Irlanda. Su ubicación se encuentra en la bella ciudad de Cork, más concretamente en el casco medio de ella, al sur de ésta.
La época dorada de esta cervecera fue entorno al 1.805, cuando se hizo con el “control” casi total de la cerveza que se bebía en Irlanda, Escocia, y parte del norte de Inglaterra. Como dato, se dice que llegó a fabricar 100.000 barriles al año, contrastando con los excasos 12.000 que fabricaron en el 1.792.
El año 1.900 llegó la venta de la cervecera al estado, cambiando pues, de privada a pública.
Tras la dura época pública (en la cual se perdió parte de su gran popularidad ganada) , la cervecera fue de nuevo a parar a manos privadas, esta vez, a manos del consorcio canadiense “Carling-O’Keefe”. No duró mucho en manos extranjera, ya que una nueva estrategia financiera hizo caer de nuevo la marca Beamish (junto al resto de Carling) en manos de un grupo de audaces empresarios irlandeses, allá por el 1.987.
Hoy día dirigen esta empresa un grupo mixto de empresarios Irlandeses, Escoceses, y en minoría, Ingleses (mas concretamente de la ciudad de Newcastle).
El sabor es ácido, pero sin ser arrogante, sostiene siempre su talante de cerveza irlandesa, se deja beber muy bien. Quizás, el sabor que más resalta es el de a madera con malta, si amigos, una explicación algo mediocres, pero no podría definir su sabor.
La crema (este tipo de cerveza no tiene espuma, crea crema) es muy densa, dejándonos en un mar de malta brevemente amenizado con el sabor amargo del lúpulo.La otra cerveza.
[…] la publicidad de Beamish no ha llegado a alcanzar a Guinness, aunque la cerveza no ha llegado a venderse como Guinness y […]
[…] también sorprendente por la poca capacidad disruptiva… acompañadas con un chupito de cerveza negra Beamish que estaba exquisita. Buen, buen, buenísimo […]